LESIONES MENISCALES

ANATOMIA

Los meniscos son una estructuras fibrocartilaginosas en forma de media luna que se encuentran en una disposición radial en la superficie articular femorotibial interna y externa. Existen dos meniscos : el interno y el externo.
La función de estos meniscos sería equivalente a la función de la suspensión en un coche, es decir ayudan a acomodar la rodilla en la realización de todos sus movimientos, también participan en la estabilidad de la rodilla.

 

 

 

 

 

ROTURA MENISCAL

Debido a traumatismos que pueda sufrir la rodilla, principalmente movimientos de rotación o de pivotaje, se pueden producir lesiones a nivel del menisco. Estas lesiones pueden ser inflamaciones traumáticas del menisco o lesiones en que se puede llegar a romper parte de la estructura menisco, lo que se conoce como roturas meniscales
Las roturas meniscales se producen en mayor porcentaje en el menisco interno debido a la anatomía de la extremidad inferior que distribuye la mayor carga en el compartimiento interno.
En pacientes por encima de los 40 años los meniscos van presentando un proceso de desgaste o degeneración interna, esto favorece que traumatismos más leves produzcan la aparición de roturas meniscales degenerativas.

 

SINTOMAS / DIAGNÓSTICO

Los síntomas de la rotura meniscal pueden ser: dolor a nivel de la interlínea interna o externa, dolor con la flexión máxima (cuclillas), molestias al correr o realizar deporte, sensación de bloqueo.
El diagnostico se realiza mediante la exploración clínica y la sintomatología que presenta el paciente.
La RMN permite confirmar el diagnóstico de la rotura meniscal. 

 

TRATAMIENTO

¿Es necesario operar todas las lesiones meniscales?

La respuesta es, rotundamente, NO. Hay que operar aquellas lesiones que son clínicamente limitantes para el paciente, ya sea por el dolor que causa o por la aparición de bloqueos articulares. Ante estas situaciones probablemente existirá una limitación funcional para el paciente, y en este caso es aconsejable realizar una ARTROSCOPIA DE RODILLA.

En la mayoría de los casos es una cirugía de recuperación rápida, que permite deambular con uso de muletas tras desaparecer la anestesia. Suele realizarse a nivel ambulatorio y permite un regreso a las actividades cotidianas (siempre y cuando no sean físicamente exigentes) precoz.

A nivel deportivo suelen autorizarse actividades sin impacto a partir de los 10-14 días y con impacto a partir de las 4 semanas (variable según evolución de cada paciente y tipo concreto de lesión).