Se trata de una lesión por sobreuso (sobrecarga) de la banda iliotibial en la parte distal del muslo, en la cara externa de la rodilla. Es frecuente en
corredores, ciclistas, triatletas y otras disciplinas que implican flexo-extensión de la rodilla repetitiva.
La banda iliotibial es una gran estructura plana que se origina en la cresta ilíaca (ílion, parte de la pelvis) y se inserta en región lateral de la tibia proximal,
en el tubérculo de Gerdy. Es fundamental para estabilizar la rodilla en la marcha, desplazándose desde la parte posterior del fémur a la parte anterior durante la marcha.
Causas
El rozamiento continuo de la banda sobre el epicóndilo lateral femoral con la flexión y extensión repetida de la rodilla durante la carrera puede provocar
inflamación de la zona.
Existen diversos factores que pueden provocar la inflamación de la cintilla iliotibial:
- Correr sobre superficies muy duras (asfalto) o demasiado blandas (barro, arena suave)
- Cambios bruscos en el entrenamiento
- Cambios repentinos en el calzado para entrenar
- Correr largas distancias sobre terreno muy irregular (como en carrera de montaña)
- Correr en fuertes pendientes (especialmente cuesta abajo)
Síntomas
Dolor en la cara lateral de la rodilla, no específico en un punto en la mayoría de ocasiones.
Dolor que va aumentando a medida que progresa la actividad. Nulo o leve al inicio, pero intenso al cabo de cierta distancia o tiempo; obliga a parar.
Chasquidos o clic, sensación de roce por el resalte de la fascia sobre el hueso.
Se reproduce al subir escaleras y correr cuesta abajo.
Diagnóstico.
El diagnóstico es CLÍNICO. Se basa en la sintomatología que relata el paciente y en la exploración realizada por el Traumatólogo, identificando
el punto de dolor e intentando reproducir su aparición mediante algunas maniobras específicas.
La ecografía puede ayudar en ocasiones, al igual que la resonancia magnética, pero NO SUELEN SER NECESARIAS.
Tratamiento.
TRATAMIENTO CONSERVADOR:
Se basa en 3 pilares fundamentales que deben llevarse a
cabo de forma simultánea para conseguir el éxito:
- Reposo relativo: debe
disminuirse, o en ocasiones parar, aquella actividad física que reproduzca el dolor. Reducir las distancias de carrera o la duración de las mismas.
- Frío local: en las fases
agudas y después de realizar algún esfuerzo, aplicar hielo sobre la zona dolorida ejerce un buen efecto antiinflamatorio.
- Anti-inflamatorios: se
aconseja su uso durante al menos 2 semanas en la fase aguda.
Si este tratamiento inicial no es suficiente, puede ser
necesario recurrir a:
- Fisioterapia: la realización
de ciertos ejercicios (fundamentalmente de estiramiento) y otras técnicas son muy útiles en la recuperación.
-
- Infiltraciones:
- 1. Inyección local
de corticoides junto con anestésico local ejerce un gran efecto antiinflamatorio que , en ocasiones, puede ser definitivo. No se recomiendan más de 3 infiltraciones de
corticoides en la misma zona, ya que el efecto de este fármaco puede tornarse negativo (rotura de tendón).
- 2. Infiltración
de factores de crecimiento plaquetario
(plasma rico en plaquetas o PRP). Se trata de una fracción
de la sangre del propio paciente con potencial reparador. Supone un tratamiento biológico, no químico.
TRATAMIENTO QUIRÚRGICO:
Son pocos los casos que terminan en cirugía pero si todo
lo anteriormente expuesto no logra la mejoría tras aproximadamente 9-12 meses, la última opción puede ser la cirugía para tratar la patología.
Dependiendo de su caso específico, el traumatólogo puede
recomendar la cirugía abierta, con una incisión en la zona y excisión de la zona fibrosada de la cintilla iliotibial, plastia de alargamiento para disminuir su tensión, asociada
o no a alguna actuación sobre el hueso (epicóndilo femoral lateral) para evitar que siga rozando sobre la cintilla.